Todos tenemos en nuestro monedero, o billetera, un montón de tarjetas que no utilizamos. Entre ellas, tu tarjeta de crédito predeterminada. Y, aunque no lo creas, te advertimos que es una pésima idea cerrar tarjetas de crédito, así no las uses.
Existen muchísimas dudas sobre qué deberías hacer con esa tarjeta que tienes en el olvido y que no tienes intención de utilizar tampoco. Cerrarlas es una terrible opción, siempre es mejor tenerlas activas, ya que esto puede ayudarte a mejorar tu historial crediticio.
En este artículo te vamos a contar por qué nunca deberías congelar o cerrar tus tarjetas. ¡Sigue leyendo!
¡Quédate con tus tarjetas de crédito!
Imagina un diagrama contenido por cinco bloques. El primero es de 35%, el segundo de 30% y el tercero de 15% y el cuarto y quinto bloque de 10% cada uno. Todo esto conforma el famoso FICO score.
El de 35% corresponde a pagos puntuales, el de 30% es el monto que debes, el 15% es la cantidad de tiempo que tienes con tu historial crediticio. El 20% restante es una mezcla entre el tipo de crédito que tú tienes -tarjeta de crédito, préstamo de carros, préstamos hipotecarios- y el nuevo crédito -cualquiera que tengas-.
Sin embargo, en esta oportunidad nos vamos a enfocar en el tercer bloque: El tiempo.
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Vamos a explicar el factor como una analogía: Mientras más tiempo pasas con una persona, más la conoces. Lo mismo sucede con el crédito.
Si llega una persona a un banco aplicando para un préstamo hipotecario y esta persona tiene apenas seis meses. Luego, llega otra con un historial de 24 meses. Posteriormente, otra con un historial de 48 meses.
En otras palabras, seis meses no son suficientes para darnos cuenta de qué tan responsable puede llegar a ser una persona. En cambio, en dos años sí se puede avalar que un individuo esté comprometido con este tema.
El banco, o cualquier tarjeta de crédito, siempre le va a dar preferencia a un cliente que tiene un historial crediticio con mayor tiempo. Esto no quiere decir que con seis meses no se consiga mucho, pero las alternativas son más limitadas.
En caso de que tengas problemas para manejar tus tarjetas de crédito, tenemos un artículo que te será de mucha ayuda para usarlas efectivamente.
Al grano… El beneficio de mantener tus tarjetas

Vamos a suponer que hay dos personas: La persona que estaba antes y tú, a futuro.
Tú antes tenías un total de cuatro tarjetas de crédito: Una de hace dos años, otra de hace 10 años, la tercera de ocho y la última de un periodo de cinco años. Cuando sumas este tiempo y lo divides entre el número total de tarjetas que tienes -cuatro en este caso- resulta un promedio de 6,25 años. Es decir, estás demostrando que tienes un historial crediticio responsable y que haces tus pagos a tiempo.
¿Qué pasa si eliminas esa tarjeta de crédito que no usas?
Asumamos que eliminaste esta tarjeta. Ahora, tienes solo una tarjeta de dos años, otra de ocho y la última de cinco. Al dividirlo entre tres redujiste tu historial crediticio de 6,25 años. Aunque lo creas, o no, esto impacta en tu FICO.
Es por ello que dicen que cada vez que cierras una tarjeta de crédito, tu crédito baja de puntos. Esto, por el simple hecho de que estás disminuyendo la oportunidad que tienes para demostrarle al banco, a los prestamistas y a quien quiera invertir contigo, que es factible hacer negocios juntos y que eres responsable.
¿Cuál es la solución si tengo demasiadas tarjetas de crédito sin utilizar?

Si tienes muchas tarjetas de crédito sin usar, te presentamos dos opciones factibles: Congelar la cuenta o asignarle un rol particular a cada tarjeta de crédito. Por ejemplo, una para el mercado, otra para el teléfono, la tercera para la luz, la cuarta para el internet. Así sucesivamente.
Recuerda que siempre será mejor congelar una tarjeta de crédito, en lugar de cerrarla.
Lo que haces es cambiar el método de pago y empiezas a integrar tus tarjetas de crédito en tu vida cotidiana.
Esta estrategia tiene numerosos beneficios…
- Te ayuda a mantener tu historial crediticio fuerte, porque estás demostrando que sabes manejar el crédito para cosas necesarias.
- Acumulas los famosos puntos. Los cash back, que es lo que te ayuda a utilizar dinero o los puntos de vuelta para pagar por esas compras.
- Haces dinero a medida que gastas dinero.
En conclusión, no cierres tus tarjetas de crédito. Es una decisión que te perjudica con el paso del tiempo.